lunes, 29 de noviembre de 2010

Trabajadora independiente: cómo lograrlo y no morir en el intento

No todos tenemos la capacidad, o las ganas, de trabajar en una empresa, cumpliendo horarios, soportando a un jefe cero idóneo, pero con ganas de mandar. En fin, creo que el mundo laboral se divide entre los trabajadores en relación de dependencia y los emprendedores, aquellos valientes que se animaron a estar a un lado, un poquito, del sistema.

Claro que existen otros tipos de trabajadores, los free-lance, los teletrabajadores, que no cumplen horarios y se sienten más libres en sus decisiones. Aunque sí dependen de que alguien les quiera firmar un contrato, o a lo sumo continuar dando trabajo.

Si te sentís cansada de compartir días enteros con personas que nada tienen que ver contigo, que no te respetan, que no te dejan crecer, es el momento de cambiar y dar el gran salto; y así ser tú misma tu propio jefe. Claro que la incertidumbre estará rodeándote un tiempo, hasta que te establezcas y puedas conformar la empresa de tus sueños. Con altos y bajos, por supuesto.

Para comenzar un emprendimiento de forma independiente -esto es: trabajo por proyecto, consultaría, trabajo free-lance, negocio propio- se requiere de: objetivos claros, planificación, energía, perseverancia, proyectarse hacia el futuro, autonomía, autoconfianza, creatividad y, siempre, una actitud positiva.

Todas estas aptitudes, aunque parezca poco, suelen ser el principal impulso para empezar a ser otra, en este caso, una trabajadora más libre.